viernes, 26 de agosto de 2011

Raíces Históricas de Caguas: El “tumbe” del kerosén

Este artículo fue escrito por el profesor e historiador, Juan David Hernández para el periódico La Semana (Caguas) edición del 31 de marzo de 2011

A finales del siglo XIX, la ciudad de Caguas había experimentado una baja sustancial en el consumo de las azucares producidas en las haciendas. Los ingresos de la clase dominante bajaron al igual que los del erario público. Esto trajo como consecuencia que el titulo de Villa que tenia Caguas fuera degradado al de municipio en el 1870 según los documentos del Archivo Histórico de Caguas.

Después de estos hechos se desarrollo una nueva burguesía local amarrada al tabaco dirigida por parte de la familia Solá. Los cosecheros de Caguas en su mayoría respondían en términos políticos al ala liberal del Partido Autonomista. Este en el caso de Caguas fue organizado el 25 de marzo de 1893, dirigido por don Modesto Sola, según documentos del Archivo Histórico de Caguas. El empuje económico, político y social dirigido por este sector social (los cosecheros) trajo unos avances en términos jerárquicos para Caguas. La manifestación más contundente fue el que se otorgara el titulo de Ciudad por parte de la Reina Regente María Cristina de Habsburgo el 28 de abril de 1894.

Desde ese momento histórico, Caguas y su liderato estaban se identificaron con el autonomismo y con las posiciones adoptadas por un joven periodista y político de
nombre: Luis Muñoz Rivera. Esa década se distinguió por la lucha de los autonomistas
contra las medidas abusivas adoptadas por el gobierno de España en sus colonias
Caribeñas.

En julio de 1894, Muñoz Rivera fue uno de los primeros en denunciar, desde su columna periodística, la directriz que el gobierno peninsular impuso a las colonias de que solo podían comprar fósforos y kerosén a las empresas de Bolívar Aruza & Compañía en San Juan, que
representaban a nivel local la marca Standard Oil Company. El “tumbe” estaba organizado y
el perjudicado era el pueblo, ya que los fósforos y el kerosén eran artículos de primera necesidad. Don Manuel Fernández Juncos continuo la denuncia desde su periódico El Buscapié. Otros periódicos que continuaron la denuncia fueron: La Correspondencia de
Puerto Rico, El Imparcial, El Diario Popular, La Publicidad, La Voz de la Montana, El Criterio
y El Noticiero, entre otros.

El Partido Autonomista como institución se opuso de forma viril a este impuesto que a todas luces entendían que era injusto. Sus acciones fueron consideradas por parte del gobierno colonial como subversión, llevándose a cabo un arresto masivo contra los periodistas y
dueños de periódicos que denunciaron los atropellos llevados a cabo por el gobierno.
Entre los periodistas arrestados podemos mencionar a : Don Luis Muñoz Rivera,
Don Manuel Fernández Juncos, Don Manuel Gorvea y Guzmán, Don Mariano Abril,
Don Martin Fernández López, Don Aurelio Méndez Martínez, Don Nicolás López
de Victoria y Don Jovino de la Torre Pérez, entre otros.

Hubo un grupo de cagüeños que se organizaron con el objetivo de liberar a los periodistas.
Nos señala Don Oscar Bunker que Don Celestino Solá uno de los grandes traficantes de tabaco de Puerto Rico a Cuba durante fines del siglo XIX, hizo una aportación de 8,000
pesos para cubrir la fianza de los periodistas. Debemos mencionar que era una cantidad considerable en ese momento histórico. Esta batalla de inicio a la gesta política de los autonomistas en nuestra ciudad. En donde domina esta posición ideológica prácticamente hasta nuestros días.

Templo Parroquial: Historia viva de Juncos


El Templo Parroquial Inmacualda Concepción de María

(foto cortesía de Josean Santos)



El Altar del Templo Parroquial de Juncos
(foto cortesía de Josean Santos)


Este artículo fue publicado en el periódico regional El Nuevo Periódico (Caguas)
en la edición del 9 de junio de 2011


 
La información publicada en la edición del 2 de junio de El Nuevo Periódico de Caguas, sobre la reapertura del Templo Parroquial La Inmaculada Concepción de Juncos, tuvo una gran acogida entre los residentes de este pueblo. El párroco, P. Feliciano Rodríguez Domínguez, quien además es Presidente del Comité Bicentenario de Juncos, nos envía información adicional de gran interés para el público, un resumen de la cual incluimos a continuación.

Narran los documentos parroquiales de Juncos que el 15 de septiembre de 1797, hace casi 214 anos, el cura párroco “…bendijo la nueva Iglesia… y traslado a ella la Majestad Sacramentada” y los demás artículos que se encontraban en la Iglesia de Las Piedras, que así quedo trasladada a Juncos, que logro dos años más tarde, que la Legislatura Estatal de Puerto Rico declarara este templo como “monumento histórico”, primero de
esa antigua ciudad.

La actual restauración es la quinta intervención en ese valioso edificio, luego de su construcción original en el siglo XVIII, los arreglos tras los devastadores terremotos de1818 y 1867, y las remodelaciones en mármol que hicieron los Padres del Espíritu Santo hasta el año 1961.

Bajo la dirección del arquitecto Alfonso Torres, de Caguas, se ha llevado al templo a la más fiel y cuidadosa restauración en sus más de 200 años de existencia. Se han reparado todas
las paredes y techos, cornizas, pisos y atrios, verjas, estructuras de contención, puertas y mobiliario, sistemas eléctricos y de sonido, imágenes, sacristías, vitrales y ventanas, campanas, nichos y santuario.
“Es una restauración comprensiva y que ha considerado hasta el mismo detalle, que van desde los clavos reconstruidos en las puertas antiguas, goznes de barquilla, reconstrucción de un piso de argamasa que es único en todas las iglesias de Puerto Rico, bancos restaurados, pintura con base de cal y no de químicos modernos, resguardo y catalogación de los libros históricos, adquisición de obras de arte… En fin, la restauración en si ha sido casi una obra artesanal”, indico el Padre Feliciano Rodríguez.

Quien viera el templo hace cinco anos, con dos edificios anexos, la casa parroquial y un antiguo colegio, con colores opacos y graves signos de deterioro en toda su estructura,
se sorprenderá al ver una obra sin obstáculos a su alrededor, con el amplio atrio original,
un llamativo piso de adoquines nuevos, y un colorido azul celeste, color de la Virgen Inmaculada, que se encontró como uno de los tonos antiguos en sus paredes.

 
“Lo que más impresionara a la vista, de inmediato”, continuo el Padre Feliciano,
“será el nuevo retablo, obra del maestro ebanista Carlos Moreno, de Caguas, quien lo ha construido,siguiendo el diseño del arquitecto Alfonso Torres, y ha resultado en una impresionante pieza en caoba, de más de 20 pies de altura y 11 de ancho, para albergar la antigua imagen de la Inmaculada que la Iglesia conserva”.

 
El Comité Bicentenario y el equipo de contratistas de restauración legan esta obra para el disfrute de esta y de las futuras generaciones de todo el litoral oriental de Puerto Rico. Es,
Sin duda, uno de los procesos de restauración mas cuidados en todos sus detalles a nivel
del país entero.

 
Este es el primer monumento histórico, que “dio a luz” al poblado de Juncos, y que en el
que han nacido, se han bautizado, reconciliado, comulgado, sanado, casado, refugiado
y enterrado a miles de sus hijos e hijas, en un entorno que no es solo un mero edificio,
sino, ante todo, una historia viva.