miércoles, 27 de julio de 2011

Los natalicios del mes de Julio en Puerto Rico: Muñoz Rivera y Barbosa

Estos artículos fueron escritos por Neftalí Fuster González
para el periódico EL EXPRESSO (Bayamón) en las ediciones
del 14 y 21 de julio de 2011



LUIS MUÑOZ RIVERA


(foto cortesía de flmm.org)

El 17 de julio se conmemora el natalicio del prócer, don Luis Muñoz Rivera. Nació en 1859 en el pueblo de Barranquitas, fue poeta, periodista y líder político. El ilustre barranquiteño se dedicó a luchar por el logro de derechos políticos completos y por una condición de dignidad para los puertorriqueños.

Aunque Muñoz Rivera fue un político pragmático, nunca transigió, ni cedió en sus esfuerzos para poner fin al colonialismo en Puerto Rico. Durante la soberanía española, Muñoz se unió al movimiento autonomista dirigido por don Román Baldorioty de Castro, que tenía por objetivo el logro del gobierno propio y completa representación para Puerto Rico en el Parlamento (Cortes Españolas) sobre una base de igualdad con las demás provincias
del Reino de España.

En 1898 se instaló un gobierno autonómico, pero ese mismo año, como consecuencia de la Guerra Hispanoamericana, Puerto Rico se convirtió en posesión de los Estados Unidos.


Muñoz reinició su lucha anticolonial, para lo cual fundó el Partido Federal Americano (PFA) cuya aspiración era la admisión de Puerto Rico como un estado de la unión. Con el tiempo, Muñoz fue electo Comisionado Residente y participó activamente del proceso falleció en el año 1916, y en medio del luto de todo el pueblo, fue sepultado en lo que hoy es el Mausoleo en Barranquitas.

La devoción de toda la vida de don Luis Muñoz Rivera por sus compatriotas y por un destino político digno y honroso, merece justo reconocimiento.



JOSÉ CELSO BARBOSA


(foto cortesía de salonhogar.net)

El 27 de julio se conmemora el natalicio del doctor José Celso Barbosa, médico, periodista, líder político y cooperativista, quién nació en la ciudad de Bayamón en el año 1857.

Hijo de don Hermógenes Barbosa, maestro albañil y doña Carmen Alcalá, se crió en una familia humilde pero de nobles principios. Estudiante inteligente y esforzado, el hijo de don Hermógenes fue el primer alumno negro en ingresar en el Seminario Conciliar, en el Viejo San Juan, graduándose como médico en 1880.

De regreso a Puerto Rico se dedicó a la medicina y se unió al Partido Autonomista de don Román Baldorioty de Castro. El movimiento autonomista aspiraba al gobierno local propio y a representación de Puerto Rico en el Parlamento (Cortes Españolas) en igualdad de condiciones con las demás provincias del reino.

Esa aspiración de igualdad bajo España, se llamaba Autonomía y ahora se llama Estadidad. Con la liberación de Puerto Rico de la dictadura española, en 1898, los puertorriqueños empezaron a disfrutar de los derechos civiles.

En 1899, Barbosa y otros líderes autonomistas fundaron el Partido Republicano Puertorriqueño (PRP), para defender el ideal de Estadidad, promover la democracia, el progreso económico y social.

El Dr. Barbosa ejerció el periodismo, fundando y dirigiendo el periódico “El Tiempo”. Promovió el cooperativismo al fundar la Sociedad “El Ahorro Colectivo”. También perteneció al Ateneo Puertorriqueño.

El líder republicano fue miembro del Consejo Ejecutivo y luego, desde el 1917
hasta su fallecimiento en 1921, del Senado de Puerto Rico. Caballero de la
política, visionario de ideales, las enseñanzas de Barbosa han trascendido el
tiempo y hoy en día, la mayoría del pueblo puertorriqueño aspira al logro de la
plena dignidad e igualdad, que es la Estadidad.




Raíces de Pueblo: Don Ricardo, el maestro




(foto cortesía de salonhogar.net)



Este artículo fue escrito por el profesor e historiador, Juan David Hernández para el periódico La Semana (Caguas) edición del 14 de julio de 2011

Hoy nos detenemos en nuestra columna porque se encuentra el pueblo puertorriqueño de luto por la ausencia física del prohombre de la cultura y de la patria, Don Ricardo Alegría Gallardo. Director del Instituto de Cultura Puertorriqueña (ICP) por más de tres lustros, implantó una serie de programas que reafirmaron y continúan reafirmando la cultura del pueblo puertorriqueño, como el Archivo General y la Biblioteca General de Puerto Rico, los Programas de Arqueología, la Escuela de Artes Plásticas, el Taller de Artes Populares en donde se fomentó la talla de santos, los talleres de bailes típicos y la Editorial del Instituto de Cultura.



En el Valle del Turabo habemos muchos estudiantes que somos producto del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, que creó para rescatar la verdadera historia y cultura de nuestra nación. Allí aprendimos nuestra realidad mulata de la raíz cultural y étnica del puertorriqueño. Nos motivó a investigar como historiadores, antropólogos y arqueólogos la verdadera realidad, no la que nos quisieron atacuñar por personas con miopía intelectual. La riqueza cultural de la vida cotidiana, que no se concreta a la degustación social de quesos y vinos, sino aquella que nos reafirma con la bomba y la plena, los pirulís, las almojábanas, el arroz con guábaras, las poesías de Ché Solá, Francisco P. Jiménez y Jaime Marcano, de los cuentos de Abelardo Díaz Alfaro, los budines de Pedro Juan, la música de Kikín Rivera Morell, Juancito Torres, Paquito Manatou, Rafael Bracero, Maco Torres, El Negro Yombé, las pinturas de Héctor Escalante, Artemio Rivera, Luis Manuel González, Charlie Osorio, los bailes de Miss Bracero y de Julio Santiago, los trovadores como el Cano Fernández, Luis Miranda “El Pico de Oro”, los hermanos Morales Ramos, el cuatro de Tomás Roldán y de Prodigio Claudio; como también los intelectuales Eliseo Cruz Vergara, Carlos Manuel Rodríguez, Margot Arce, Concha Meléndez y líderes obreros como: Magdaleno González, Juan Vilar, Tin Castrillo… En fin, todos somos parte de ese acervo cultural que se viene cocinando de forma silente desde la construcción de nuestra nación que estamos en proceso de redescubrir y se lo debemos a Don Ricardo.



Su denuncia contra el atropello de estudiantes en el Capitolio, su desobediencia civil por la salida de la Marina de los Estados Unidos en Vieques, su batalla por salvar el yacimiento arqueológico de Cagüitas CS-2 en la entrada de la urbanización Parques del Monte, son una muestra de que no era un intelectual que se quedaba solamente en la cátedra, sino que también en la acción demostraba su compromiso inquebrantable con la cultura.



No podemos dejar fuera a los que premió personalmente Don Ricardo por su compromiso con la cultura y con la nacionalidad puertorriqueña como el Dr. Fernós Isern, López Cepero, la arqueóloga, Virginia Rivera Calderón, el profesor y dramaturgo, Roberto Ramos Perea. Se que se me quedan muchos nombres pero no es tiempo de reclamar sino de continuar la lucha de Don Ricardo, el que tenga oídos que escuche y el que tenga ojos que vea. El movimiento se demuestra andando. Que en paz descanse nuestro maestro, el viejo sabio, DON RICARDO ALEGRÍA GALLARDO.