sábado, 7 de septiembre de 2013

Sabías que?

Este artículo fue escrito por Ivelisse Rodríguez para el periódico universitario El Turabon noviembre 2007

-  Hatillo es el mayor productor de leche en el mundo por milla cuadrada.

-  El sumidero entre Lares y Camuy es tan profundo que El Morro podría esconderse allí.

-  El "coffee break" no lo inventaron los norteamericanos, sino el puertorriqueño Don Manuel de la Rosa, ex presidente de los empleados del Estado Libre Asociado.

-  Puerto Rico no es 100 x 35, es justamente 111 x 39.5 millas.

-  Uno de los lugares donde más llueve en el mundo es en El Yunque, donde caen 200 pulgadas de lluvia anuales en promedio.

-  Puerto Rico es el país con más carreteras por milla cuadrada en el mundo.

-  Las vigas de los techos en las casas del Viejo San Juan son de ausubo, un material inmune a las polillas y al tiempo, que puede durar entre cinco y siete siglos aproximadamente.

-  Los sonidos de los murciélagos que se usaron en la cinta "Batman Forever" se grabaron en las cuevas de Camuy.

-  El altar barroco del siglo 17 que se exhibe en la iglesia San José del Viejo San Juan lo obsequio a la isla el rey de España con motivo de la celebración de la Regata del Quinto Centenario.

-  El ñame se paga en los mercados de París a precio de oro.

-  Puerto Rico esta entre los tres países que más carga marítima recibe para el uso interno y como pasaje. De hecho, es el primer puerto latino en América que exporta a Europa.

-  "El mejor folklorista del mundo", según el Smithsonian Institute es don Rafael Cepeda, padre de la bomba y plena puertorriqueña.

-  La bicicletada familiar más grande del mundo, según el libro de récords Guiness, la organizo en Puerto Rico el recordado Joaquín Monserrat "Pacheco" con la participación de alrededor de 30,000 ciclistas de todas las edades.

Estampas Cagueñas: Los triunfos de las Criollas

Este artículo fue escrito por el Dr. Francisco M. Rivera Lizardi para el periódico La Semana (Caguas) 25 de noviembre de 2010


El tradicional baño en la fuente de la plaza de Caguas de las Criollas del voleibol cagueño para celebrar su triunfo luego de conquistar el campeonato del Voleibol Superior Femenino de Puerto Rico, surgió como una broma que yo les gastaba durante la serie final de 1996 contra las Pinkin de Corozal. Iba a ser el primer campeonato de las Criollas en los torneos de Voleibol Superior Femenino.

Como yo era invitado de la familia Papaleo para ir con ellos a los juegos fera de Caguas, hice mucha amistad con todas las jugadoras pues, a veces, luego de los juegos, para celebrar los triunfos, nos reuníamos para comer pizzas o bien las célebres sopas de plátanos de Corozal.

"Hay rumores por Caguas, les decía en broma, "que sí ganan el campeonato las van a tirar en la fuente de la plaza". Ellas me miraban y escuchaban con curiosidad pero en silencio. A medida que en la serie final ganábamos un juego tras otro a Corozal yo les insistía: "Vayan preparando el traje de baño porque de verdad las van a tirar en la fuente de la plaza. Ellas no decían nada. Tan solo me miraban y a veces sonreían.

Al obtener el primer campeonato ese año de 1996 luego del inolvidable último remate de Vanessa Papaleo, comenzamos nuestra Caravana de la Victoria a la media noche corozaleña. Llegadas a Caguas las flamantes campeonas fueron invitadas a subir a la al alcaldía  y desde su balcón saludaron a la entusiasta fanaticada que había esperado por ella a los acordes de la música y el bullicio del ambiente de fiesta que les tenía preparado el alcalde Angelo Berrios. Luego de los vítores y saludos de brazos en alto y agitar de manos, cuando yo les iba a recordar el baño de la fuente, Brenda Lee Quiñones se me adelanto. Brenda nos había llegado de Arecibo y no conocía bien de Caguas: "Dónde esta la fuente de la plaza que dicen que nos van a tirar?" Entonces, surgió un espontáneo: "Vamos pa' la fuente!", "Vamos", gritaron todas, y en fila india-criolla marcharon hasta la plaza. En la fuente jugaron, se echaban agua unas a las otras, se bañaron, cantaron y hasta bailaron tomadas de la cintura y levantando las piernas todas a la vez estilo Rockettes de Nueva York a los acordes del grupo musical que el alcalde les había preparado para que llenara de alegre nota juvenil los aires de victoria. No hubo ningún intruso dentro de la fuente que interfiriera con aquel espectáculo de juventud, alegría y diversión por el triunfo logrado.

En su segundo triunfo, al año siguiente Campeona Criollas 1997 esta vez contra las Llaneras de Toa Baja, además de las Criollas, algunos muchachos entraron a la fuente para darse el chapuzón de la victoria y divertirse junto a las jóvenes campeonas. Esto le resto espontaneidad a las jovencitas campeonas y cierta alegría al chapuzón, al mostrarse estas, un poco cohibidas.

En el tercer triunfo consecutivo de las Criollas la noche del 15 de abril de 1998 de nuevo sobre las Pinkin de Corozal, había más muchachos celebrando dentro de la fuente que las mismas campeonas. Estas, un poco tímidas, se divertían resignadas a compartir la mojada del triunfo.

En realidad yo no se qué es lo mejor, si dejar a las jóvenes Criollas que en las aguas de la fuente disfruten ellas solas de su triunfo o permitirle a los muchachos que, del mismo modo, participen ellos como parte de la alegría del pueblo cagueño por la victoria de sus Criollas.

De todas formas, yo me siento muy contento de que aquellos comentarios que yo les hacia en broma a las jugadoras después de los juegos, cuando compartíamos alegremente los triunfos en las series semifinales y finales, hoy se vean convertidos en una bella tradición cagueña de alegría y celebración de triunfo.


Nota:  El chapuzón en la fuente de la plaza se ha extendido a todos los campeonatos de todos los deportes de Caguas. Muy bien. También en algunos pueblos de la isla ahora se acostumbra a darle un chapuzón en las aguas de la fuente de la plaza a todos los campeones de todos los deportes. Que la tradición cagueña se haya extendido a toda la isla... Magnífico!

Las calles de Caguas y sus características

Este artículo fue escrito por el prof. Juan David Hernández para el periódico La Semana (Caguas) 29 de noviembre de 2012

Desde el siglo 19 el cuadro fundamental de la parte urbana de nuestro pueblo se componía de la siguiente manera: por el Norte, calle Pedro Geronimo Goyco; por el Este, calle José Gualberto Padilla "El Caribe"; por el Oeste, la calle Padial y por la parte Sur, la calle del Amor. Estas calles tenían los siguientes nombres antes que cambiara la soberanía: por el Norte con la calle Agricultura, por el Sur con la calle del Amor, por el Este con la calle Candelaria y por el Oeste con la calle del Recreo. En la década del 20, la familia Delgado dona los terrenos de la Plaza a la entonces Villa de Caguas y se comienzan a decorar los distintos jardines por parte de distintas familias y sectores comunales para hacer de esta una a la altura del título que había recién adquirido la municipalidad.

Los españoles quisieron llevar a cabo los ejercicios del ejército de caballería en la Plaza, pero comenzaron a destruir los jardines que con tantos esfuerzos habían desarrollado las familias y comunidades.

Es por eso que designan el predio de terreno que quedaba en la parte sur del pueblo para llevar a cabo los ejercicios militares. El mismo fue bautizado por la gente del pueblo como la Placita de Caballería. Uno de los límites de este sector era la calle del Amor. Le decían la calle del Amor porque se reunían las obreras de la profesión más antigua de la historia a ofrecer sus servicios en ese sector. A fines de siglo dejaron de efectuarse los ejercicios en este sector. Comenzaron a mudarse y establecer sus residencias en este lugar, llamándose el mismo la Placita de Caballería, popularmente La Placita. Si bien se mudaron muchos trabajadores de la agricultura y de otros sectores que ya se manifestaba el desplazamiento del nuevo orden establecido por el cambio de soberanía, no es menos cierto que había un sector que se mantenían al margen del proceso de producción. Aquí estaban los productores de ron clandestino, venta de bolita o "bolipull", la trata de blancas y prostitución. No fueron pocos los proxenetas y celestinas (chulos y mapriolas) que hicieron negocios en el barrio. Las muchachas se sentaban en la esquina Baldorioty y la calle del Amor sin ropa íntima interior para enseñar mercancía "al gusto del consumidor".

A nuestro mejor entender, este espectáculo es producto de una profunda crisis económica de un sector de la población. Esto lo podemos corroborar con la cantidad de haciendas y estancias que quebraron y dejaron de funcionar cuando nos ataco el huracán San Ciriaco en el 1899 y la devaluación del peso puertorriqueño por parte del gobierno de Estados Unidos en un 40% en el mismo año. Regresando al tema de las muchachas de la calle del Amor, estas continuaban trabajando en su oficio. En la década del 20 se vuelven a cambiar algunos nombres de calles en la ciudad y nombran la calle del Amor por la calle Eduardo Georgetti. El pueblo le continuo llamando la calle del Amor o la "Chochette", por aquello de continuar la tradición.

Unos años después para la década del 50 y comienzos del 60 se estableció un programa para hacer desaparecer los arrabales de los centros tradicionales de los pueblos por parte de las gestión del gobierno de Luis Muñoz Marín. "La Placita Renewal Project" hizo desaparecer unos de los arrabales más antiguos de la ciudad. Aquí se ponía de manifiesto las contradicciones de clase y la cantera de problemas sociales que se arrastraban con la situación. De la Placita salieron músicos como Frank Marraneco, Ramón "Moncho Tro" Villegas y otros profesionales de la cultura. Si bien la calle del Amor se distinguía por la profesión más antigua de la historia, no es menos cierto que también había gente que luchaba por mejorar su condición de vida como toda comunidad.