viernes, 26 de agosto de 2011

Templo Parroquial: Historia viva de Juncos


El Templo Parroquial Inmacualda Concepción de María

(foto cortesía de Josean Santos)



El Altar del Templo Parroquial de Juncos
(foto cortesía de Josean Santos)


Este artículo fue publicado en el periódico regional El Nuevo Periódico (Caguas)
en la edición del 9 de junio de 2011


 
La información publicada en la edición del 2 de junio de El Nuevo Periódico de Caguas, sobre la reapertura del Templo Parroquial La Inmaculada Concepción de Juncos, tuvo una gran acogida entre los residentes de este pueblo. El párroco, P. Feliciano Rodríguez Domínguez, quien además es Presidente del Comité Bicentenario de Juncos, nos envía información adicional de gran interés para el público, un resumen de la cual incluimos a continuación.

Narran los documentos parroquiales de Juncos que el 15 de septiembre de 1797, hace casi 214 anos, el cura párroco “…bendijo la nueva Iglesia… y traslado a ella la Majestad Sacramentada” y los demás artículos que se encontraban en la Iglesia de Las Piedras, que así quedo trasladada a Juncos, que logro dos años más tarde, que la Legislatura Estatal de Puerto Rico declarara este templo como “monumento histórico”, primero de
esa antigua ciudad.

La actual restauración es la quinta intervención en ese valioso edificio, luego de su construcción original en el siglo XVIII, los arreglos tras los devastadores terremotos de1818 y 1867, y las remodelaciones en mármol que hicieron los Padres del Espíritu Santo hasta el año 1961.

Bajo la dirección del arquitecto Alfonso Torres, de Caguas, se ha llevado al templo a la más fiel y cuidadosa restauración en sus más de 200 años de existencia. Se han reparado todas
las paredes y techos, cornizas, pisos y atrios, verjas, estructuras de contención, puertas y mobiliario, sistemas eléctricos y de sonido, imágenes, sacristías, vitrales y ventanas, campanas, nichos y santuario.
“Es una restauración comprensiva y que ha considerado hasta el mismo detalle, que van desde los clavos reconstruidos en las puertas antiguas, goznes de barquilla, reconstrucción de un piso de argamasa que es único en todas las iglesias de Puerto Rico, bancos restaurados, pintura con base de cal y no de químicos modernos, resguardo y catalogación de los libros históricos, adquisición de obras de arte… En fin, la restauración en si ha sido casi una obra artesanal”, indico el Padre Feliciano Rodríguez.

Quien viera el templo hace cinco anos, con dos edificios anexos, la casa parroquial y un antiguo colegio, con colores opacos y graves signos de deterioro en toda su estructura,
se sorprenderá al ver una obra sin obstáculos a su alrededor, con el amplio atrio original,
un llamativo piso de adoquines nuevos, y un colorido azul celeste, color de la Virgen Inmaculada, que se encontró como uno de los tonos antiguos en sus paredes.

 
“Lo que más impresionara a la vista, de inmediato”, continuo el Padre Feliciano,
“será el nuevo retablo, obra del maestro ebanista Carlos Moreno, de Caguas, quien lo ha construido,siguiendo el diseño del arquitecto Alfonso Torres, y ha resultado en una impresionante pieza en caoba, de más de 20 pies de altura y 11 de ancho, para albergar la antigua imagen de la Inmaculada que la Iglesia conserva”.

 
El Comité Bicentenario y el equipo de contratistas de restauración legan esta obra para el disfrute de esta y de las futuras generaciones de todo el litoral oriental de Puerto Rico. Es,
Sin duda, uno de los procesos de restauración mas cuidados en todos sus detalles a nivel
del país entero.

 
Este es el primer monumento histórico, que “dio a luz” al poblado de Juncos, y que en el
que han nacido, se han bautizado, reconciliado, comulgado, sanado, casado, refugiado
y enterrado a miles de sus hijos e hijas, en un entorno que no es solo un mero edificio,
sino, ante todo, una historia viva.



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