martes, 11 de octubre de 2011

La gestación del sentido de puertorriqueñidad



Este artículo fue publicado por el profesor José Mercado en colaboración con la Dra. Sophia Reyes para el periódico Impacto (Guaynabo) de diciembre de 2010


Aunque la población taína apenas se recuerda, los cromosomas indígenas han sobrevivido en un 60% de la población actual. Los primeros indicios sobre la formación de la puertorriqueñidad, partiendo de la mezcla racial que se propició en la isla, nos llegan desde los tiempos de Juan de Amézquita, alcaide del Castillo del Morro, nacido y criado en la isla, y que se convierte en héroe de la defensa de su patria frente al invasor inglés. En el 1647, el canónigo puertorriqueño, Diego de Torres Vargas lo incluyo en una lista de criollos distinguidos y por primera vez se utiliza la palabra patria: concepto que nos identifica con el terruño.
Sin embargo, la gesta de Amézquita se menosprecio, tratando al mismo como de origen vizcaíno y no puertorriqueño; además, el rey de España, temeroso del impacto del heroísmo boricua, traslada a Amezquita a Santiago de Cuba, provocando que este renunciara a su puesto, regresara a la isla, pero muriera en el anonimato. Finalmente, un siglo después, para los 1800, Cayetano Coll y Toste corrige el dato de que Amézquita era nacido y criado en la isla; es decir, se reconoce que la gesta de la defensa de la isla fue un auténtico puertorriqueño.
Ya para el 1701 surge un levantamiento del Partido de San Germán contra el Partido de San Juan, en los pueblos de Coamo y Ponce. El alférez puertorriqueño, Sebastián González de Mirabal, fue perseguido como promotor de la revuelta y el pueblo impidió la entrada de la tropa española para su captura. Este hecho provocó dos comportamientos muy a tono con el desarrollo del concepto de la puertorriqueñidad. Por un lado, surge un documento de un sublevado que habla refiriéndose a la revuelta como un evento de amor por la patria. Por otro, diez años después, la hija del supuesto instigador de la revuelta, Jacinta María de la Acepción Mirabal, exiliada en Santo Domingo, República Dominicana, escribe a la audiencia de Santo Domingo refiriéndose a la isla de Puerto Rico como patria.
Más adelante, para el 1702, surge otra instancia del desarrollo de nuestra puertorriqueñita relacionada con el ataque inglés en Arecibo. En esta ocasión, el Capitán Correa, de la Milicia Boricua, defiende valerosamente a Arecibo, evento de carácter fundacional, en materia de nuestra conciencia de puertorriqueñidad.
A estas alturas de la historia, se considera el hecho de la existencia de dos tipos de puertorriqueños:
>  Los puertorriqueños muy unidos a la oficialidad del país y que mayormente se encontraban en la ciudad de San Juan (Partido de San Juan).
>  Los puertorriqueños del campo de la isla, pertenecientes a Partido de San Germán, que se desarrollaban de forma espontánea y que se dedicaban más al contrabando. Este bando comienza a retar las leyes que promulgaba España. Entre estas, el exclusivismo comercial y la limitación de comercio internacional que se extendió por unos 17 años. En este sentido, el contrabando constituye una afirmación de expresión nacional frente a la metrópoli: se convierte en una forma de resistencia económica y cultural.
Hasta dicho periodo histórico, se evidencia que el desarrollo de nuestra puertorriqueñidad ha estado fundamentado en el amor a la patria. Según se avanza el tiempo, también se considera que ya para el 1776 se nos denominaba como puertorriqueños. Asimismo, es importante señalar que comienza un periodo en el cual algunos historiadores tales como
Fray Iñigo Abbad y Lasierra y Ángel López Cantos van identificando unas características de personalidad que definen al puertorriqueño de esa época: amor por la patria, hospitalidad, solidaridad, audacia, soberbia, estoicismo, sobriedad al comer, alegría en el beber y de mujeres trabajadoras.

Otros aspectos que se deben considerar en el proceso de la formación de la puertorriqueñidad son, por un lado, la participación de la población mulata y negra
en las diversas revueltas contra los españoles, y por otro, la figura del mulato-corsario,
Miguel Henríquez. Este adquiere importancia por el poder económico que represento
para la Iglesia y para la administración de la política pública de la época.

De otra parte, para el 1797 se da el ataque inglés a Puerto Rico y los milicianos criollos desempeñan un gran papel en la defensa de la patria. Este evento, una vez más, provoca el levantamiento del orgullo por la patria y el sentido de puertorriqueñidad. Aquí se destaca la figura de otro puertorriqueño: José Díaz. Sus hazañas fueron alabadas por el pueblo de Puerto Rico a través de unos versos de plena: “… en el puente de Martín Peña mataron a Pepe Díaz, que era el hombre más valiente que el rey de España tenía”.

Finalmente, y a nivel oficial, el diputado de las Cortes de Cádiz, el puertorriqueño Ramón Power y Giralt se refiere a los puertorriqueños como compatriotas, término utilizado también por el obispo puertorriqueño Arizmendi, a propósito de la entrega de un anillo de éste a Power.

La suma de todos estos eventos nos muestra que tan temprano como para el siglo 17
ya se gestaba el inicio de un sentimiento y de una personalidad con sentido de puertorriqueñidad.


Mayagüez sabe a mango en la web

Este artículo fue publicado en el suplemento especial: Por las calles de Mayagüez para el periódico Primera Hora del 29 de septiembre de 2011


El portal mayaguezsabeamango.com se ha ganado la aceptación del público como un proyecto cultural y municipal que recoge todo sobre la vida e historia mayagüezanas. El sitio web, que inicio con los Juegos Centroamericanos y del Caribe el verano pasado, recopila la historia de la ciudad que celebra su 250 aniversario.

El alcalde José Guillermo Rodríguez, quien auspicia en parte la iniciativa, comento que este proyecto confirma “la grandeza de nuestra gente tanto en lo cultural, lo académico y lo deportivo”.

Entre las secciones de actualización constante del portal se encuentran los reportajes de actualidad, en video o escritos, reseñas breves de gastronomía, arquitectura, rincones, agenda cultural, recetas con mango y una galería fotográfica que muestra lo que está pasando en la ciudad.

Herramienta educativa
El proyecto ofrece una guía al maestro que estimula el uso del portal y sus contenidos en el salón de clases. El equipo creativo del portal ha realizado una alianza con el Departamento de Educación para promover el uso de la página para fines educativos, produciendo la guía como herramienta didáctica para los maestros de la región educativa de Mayagüez.

NACIONALIDAD ES IDENTIDAD DE PUEBLO


(foto cortesia de quepasa.osu.edu)


Esta carta fue escrita por Delisa Santana Oquendo  y publicada por el periódico Primera Hora del 23 de septiembre de 2011


“La nacionalidad… Es ese amor a lo propio que se anida en las regiones más cálidas del alma y nos une en la palabra ‘patria’ más allá de lo pasajero, que no necesita de explicaciones y es patrimonio de todos los puertorriqueños”.
Rubén Berríos Martínez


Hace 143 años un pequeño, pero representativo, grupo de puertorriqueños y puertorriqueñas se enfrentó a las autoridades españolas para reclamar la soberanía de la isla y, así también, su identidad como pueblo de Lares proclamaron la Republica de Puerto Rico.

Todos sabemos que esa batalla fue rápidamente frustrada en cada uno de los pueblos involucrados en la gestión. A pesar de esto, la chispa que se generó aquella noche aún
sigue presente en la mente y en el corazón de todos los independentistas de nuestra tierra.

Todos los años se celebra una reunión nacional en recordación de aquellos valerosos que afrontaron las cadenas, los golpes y hasta la muerte por este precioso ideal.

Cada 23 de septiembre se conmemora la grandiosa gesta de unos “pocos” puertorriqueños. Fue grandiosa porque, en cuestiones de la patria, el éxito no se debe medir necesariamente por la magnitud del triunfo, sino por el grado de determinación, entrega y sacrificio en el desempeño de la tarea.

Si este acontecimiento se hubiese logrado arrancar de nuestra conciencia nacional, tal vez no existirían independentistas firmes, decididos a seguir adelante con esperanza.

Todavía hoy, aquel “pequeño” grupo nos anima. Ciento cuarenta y tres años más tarde,
su historia continúa deslumbrándonos. Su intención y su lucha siguen vivas en nosotros,
y se hacen cada vez más grandiosas cuando cualquier puertorriqueño no importando su inclinación política los recuerda con admiración.

Creo en la vigencia de las palabras del señor Ángel Rama cuando dijo:
“Hoy, con mucho mas vigor que en 1868, nadie puede atreverse a negar
la existencia de la nación puertorriqueña…”

La invitación está extendida. Hoy se hará fiesta porque lo prolongado de la lucha, las injusticias sufridas y la decepción no han logrado destruir la nacionalidad puertorriqueña.

¡ Ven , vamos juntos a celebrar que el amor y el respeto por esta patria borinqueña no han muerto!

TITO TRINIDAD: más que un campeón



La escultura de Tito Trinidad en el Museo del Deporte en Guaynabo
(Foto tomada por Josean Santos Navarro)


Este artículo fue publicado por la redacción del periódico La Decisión (San Juan) del 10 de diciembre de 2010

El reto más importante para un campeón de boxeo, no es conseguir la corona, sino mantenerse como monarca. Este es el caso de uno de los boxeadores más querido en Puerto Rico, Félix “Tito” Trinidad.

El orgullo de la isla, comenzó su carrera a los 12 años de edad y durante la trayectoria como aficionado ganó 51 y perdió 6. Obtuvo cinco campeonatos como aficionado en las categorías de 100, 112, 119, 126 y 132 libras.

“Cuando niño practicaba el pista y campo y otros deportes, pero mi padre siempre me decía que debía concentrarme en una sola disciplina. Por lo tanto opte por el boxeo”, expresó el ex campeón en entrevista.

Trinidad fue considerado en su mejor momento de gloria como uno de los mejores boxeadores más completos libra por libra. Fue campeón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), con un impresionante record de 42 victorias y 3 derrotas (35 por KO: nocauts).

A los 17 años, Trinidad se convirtió en profesional y a los 20 años obtuvo su primer título mundial. Su padre, Don Félix Trinidad, fue campeón nacional de Puerto Rico, y además, su propio entrenador y manejador.

“Siempre he admirado mucho a mi padre y a Sugar Ray Leonard”, aseguro el vencedor de gladiadores como Johnny Campas y Héctor “Macho” Camacho, por mencionar algunos.

Fue precisamente la pelea con Johnny “Boy” Campas, uno de los combates más difíciles de Trinidad, quien en sus postrimerías perdió con el verdugo Bernard Hopkins.

Además de su gloria como boxeador, Tito Trinidad lograba paralizar el país cada vez que subía al cuadrilátero, y luego de cada victoria, la misma se convertía en todo un jolgorio nacional. Su proeza y humildad lo han llevado a ser un ‘querendón’ de la fanaticada boricua e ídolo del lugar de crianza, Cupey Alto (un barrio ubicado al sureste de la ciudad de San Juan, Puerto Rico).

Record profesional
42 victorias
3 derrotas
35 KO ( nocauts)

Un 23 de septiembre

Este artículo fue escrito por el profesor José Lee Borges para el periódico El Expresso (Bayamón) del 22 de septiembre de 2011


El pasado viernes 23 de septiembre, se conmemoró el Grito de Lares. Este es uno de los eventos históricos más importantes y de relevancia en el desarrollo y cultura de Puerto Rico. Ese día, en 1868, el pueblo se levantó contra la indiferencia del gobierno español por los males que acontecían en nuestra isla. El Grito de Lares significo una movilización de distintos sectores, desde el esclavo africano, el jibaro más pobre, hasta los criollos educados y acaudalados; toda la población unida. Esa lucha independientemente de su éxito o fracaso implico elementos de modernidad para nuestro pueblo, por la relevancia de los reclamos establecidos.

Recordar el Grito de Lares es, antes que otra cosa, tradición viva y compromiso dentro del proceso de evolución de nuestra sociedad puertorriqueña. Es reconocer nuestro pasado, nuestra historia, lo que somos y de donde surgimos. Incluso me atrevería a decir, que nos remite a orientarnos hacia donde nos debemos dirigir.

No debe ser casualidad que un 23 de septiembre también naciera un hombre como William Miranda Marín. Su vida y obra son cónsonas con gritos, gritos visionarios, de desarrollo, transformación, evolución y construcción del futuro, de un Nuevo País. El pasado viernes 23 de septiembre de 2011, don William hubiese cumplido 71 años. Hoy, más que nunca debemos reflexionar, sobre el pasado, para entender nuestro presente y construir un mejor futuro. Debemos aprender del legado que nos dejaron los grandes líderes del Grito de Lares como Ramón Emeterio Betances, Segundo Ruiz Belvis y José Francisco Basora. Así mismo, tenemos que recordar la aportación de William Miranda Marín: es necesario aprender de sus luchas y de sus visiones para entender que un mejor Puerto Rico siempre es posible.

Como el Grito de Lares se luchó por muchas cosas, pero lo que muchos no señalan, es que más que nada, se hizo un reclamo genuino por la paz para Puerto Rico. Paz que más que nunca necesitamos hoy… y siempre. Al igual que en el Grito de Lares, William Miranda Marín lucho por un mejor Caguas, por un mejor Puerto Rico, donde la paz fuera lo principal.

Gracias a la visión, lucha y esfuerzo de Willie, Caguas ha sido de los municipios que menos se ha afectado con la crisis económica que vivimos, de los pocos municipios que logro aumentar su población, según el último censo del 2010. La ciudad criolla ha sido reconocida internacionalmente entre las mejores del mundo para vivir. Todo eso se lo debemos a Miranda Marín.

Willie hizo los ajustes para beneficiarse de los cambios globales. Puerto Rico no lo ha hecho, ni lo está haciendo. Willie gobernó meticulosamente tomando como modelo administraciones exitosas en el Caribe y el mundo. No gobernó de forma insular, sino comprendiendo lo que ocurría internacionalmente, incorporando elementos globales a su administración. Hoy, muchas ciudades del mundo imitan sus proyectos. Nuestra isla tiene los elementos para ser el Dubai o el Hong Kong de la región, al igual que Don William hizo de Caguas una de las ciudades más importantes de la región.

Si Willie convirtió a Caguas en una de las mejores ciudades para vivir, nosotros tenemos el compromiso de combatir juntos el crimen y lograr la paz que tanto necesitamos. Históricamente tenemos que visualizar la lucha de Lares como un movimiento que nos inspire, al igual que la figura de William Miranda Marín. Seguramente si Willie hubiese vivido en el siglo 19, hubiese participado de cerca en la lucha de Lares.

Ahora, pensemos que haría Willie si aún estuviera vivo. Hoy, algunos seguimos luchando contra estos males. La pregunta es: ¿lo hacemos como Willie lo hubiese hecho, convirtiendo a Caguas en un Nuevo País de Paz?  Definitivamente sí, pero no es suficiente con algunos, necesitamos de muchos más. Tenemos que seguir sus pasos, unirnos, dejando atrás las diferencias y luchar arduamente contra el crimen y las injusticias; solo así alcanzaremos la paz y seremos dignos de pertenecer a ese otro País deseado y posible.