(foto cortesia de quepasa.osu.edu)
Esta carta fue escrita por Delisa Santana Oquendo y publicada por el periódico Primera Hora del 23 de septiembre de 2011
“La nacionalidad… Es ese amor a lo propio que se anida en las regiones más cálidas del alma y nos une en la palabra ‘patria’ más allá de lo pasajero, que no necesita de explicaciones y es patrimonio de todos los puertorriqueños”.
Rubén Berríos Martínez
Hace 143 años un pequeño, pero representativo, grupo de puertorriqueños y puertorriqueñas se enfrentó a las autoridades españolas para reclamar la soberanía de la isla y, así también, su identidad como pueblo de Lares proclamaron la Republica de Puerto Rico.
Todos sabemos que esa batalla fue rápidamente frustrada en cada uno de los pueblos involucrados en la gestión. A pesar de esto, la chispa que se generó aquella noche aún
sigue presente en la mente y en el corazón de todos los independentistas de nuestra tierra.
Todos los años se celebra una reunión nacional en recordación de aquellos valerosos que afrontaron las cadenas, los golpes y hasta la muerte por este precioso ideal.
Cada 23 de septiembre se conmemora la grandiosa gesta de unos “pocos” puertorriqueños. Fue grandiosa porque, en cuestiones de la patria, el éxito no se debe medir necesariamente por la magnitud del triunfo, sino por el grado de determinación, entrega y sacrificio en el desempeño de la tarea.
Si este acontecimiento se hubiese logrado arrancar de nuestra conciencia nacional, tal vez no existirían independentistas firmes, decididos a seguir adelante con esperanza.
Todavía hoy, aquel “pequeño” grupo nos anima. Ciento cuarenta y tres años más tarde,
su historia continúa deslumbrándonos. Su intención y su lucha siguen vivas en nosotros,
y se hacen cada vez más grandiosas cuando cualquier puertorriqueño no importando su inclinación política los recuerda con admiración.
Creo en la vigencia de las palabras del señor Ángel Rama cuando dijo:
“Hoy, con mucho mas vigor que en 1868, nadie puede atreverse a negar
la existencia de la nación puertorriqueña…”
La invitación está extendida. Hoy se hará fiesta porque lo prolongado de la lucha, las injusticias sufridas y la decepción no han logrado destruir la nacionalidad puertorriqueña.
¡ Ven , vamos juntos a celebrar que el amor y el respeto por esta patria borinqueña no han muerto!
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