martes, 11 de octubre de 2011

Un 23 de septiembre

Este artículo fue escrito por el profesor José Lee Borges para el periódico El Expresso (Bayamón) del 22 de septiembre de 2011


El pasado viernes 23 de septiembre, se conmemoró el Grito de Lares. Este es uno de los eventos históricos más importantes y de relevancia en el desarrollo y cultura de Puerto Rico. Ese día, en 1868, el pueblo se levantó contra la indiferencia del gobierno español por los males que acontecían en nuestra isla. El Grito de Lares significo una movilización de distintos sectores, desde el esclavo africano, el jibaro más pobre, hasta los criollos educados y acaudalados; toda la población unida. Esa lucha independientemente de su éxito o fracaso implico elementos de modernidad para nuestro pueblo, por la relevancia de los reclamos establecidos.

Recordar el Grito de Lares es, antes que otra cosa, tradición viva y compromiso dentro del proceso de evolución de nuestra sociedad puertorriqueña. Es reconocer nuestro pasado, nuestra historia, lo que somos y de donde surgimos. Incluso me atrevería a decir, que nos remite a orientarnos hacia donde nos debemos dirigir.

No debe ser casualidad que un 23 de septiembre también naciera un hombre como William Miranda Marín. Su vida y obra son cónsonas con gritos, gritos visionarios, de desarrollo, transformación, evolución y construcción del futuro, de un Nuevo País. El pasado viernes 23 de septiembre de 2011, don William hubiese cumplido 71 años. Hoy, más que nunca debemos reflexionar, sobre el pasado, para entender nuestro presente y construir un mejor futuro. Debemos aprender del legado que nos dejaron los grandes líderes del Grito de Lares como Ramón Emeterio Betances, Segundo Ruiz Belvis y José Francisco Basora. Así mismo, tenemos que recordar la aportación de William Miranda Marín: es necesario aprender de sus luchas y de sus visiones para entender que un mejor Puerto Rico siempre es posible.

Como el Grito de Lares se luchó por muchas cosas, pero lo que muchos no señalan, es que más que nada, se hizo un reclamo genuino por la paz para Puerto Rico. Paz que más que nunca necesitamos hoy… y siempre. Al igual que en el Grito de Lares, William Miranda Marín lucho por un mejor Caguas, por un mejor Puerto Rico, donde la paz fuera lo principal.

Gracias a la visión, lucha y esfuerzo de Willie, Caguas ha sido de los municipios que menos se ha afectado con la crisis económica que vivimos, de los pocos municipios que logro aumentar su población, según el último censo del 2010. La ciudad criolla ha sido reconocida internacionalmente entre las mejores del mundo para vivir. Todo eso se lo debemos a Miranda Marín.

Willie hizo los ajustes para beneficiarse de los cambios globales. Puerto Rico no lo ha hecho, ni lo está haciendo. Willie gobernó meticulosamente tomando como modelo administraciones exitosas en el Caribe y el mundo. No gobernó de forma insular, sino comprendiendo lo que ocurría internacionalmente, incorporando elementos globales a su administración. Hoy, muchas ciudades del mundo imitan sus proyectos. Nuestra isla tiene los elementos para ser el Dubai o el Hong Kong de la región, al igual que Don William hizo de Caguas una de las ciudades más importantes de la región.

Si Willie convirtió a Caguas en una de las mejores ciudades para vivir, nosotros tenemos el compromiso de combatir juntos el crimen y lograr la paz que tanto necesitamos. Históricamente tenemos que visualizar la lucha de Lares como un movimiento que nos inspire, al igual que la figura de William Miranda Marín. Seguramente si Willie hubiese vivido en el siglo 19, hubiese participado de cerca en la lucha de Lares.

Ahora, pensemos que haría Willie si aún estuviera vivo. Hoy, algunos seguimos luchando contra estos males. La pregunta es: ¿lo hacemos como Willie lo hubiese hecho, convirtiendo a Caguas en un Nuevo País de Paz?  Definitivamente sí, pero no es suficiente con algunos, necesitamos de muchos más. Tenemos que seguir sus pasos, unirnos, dejando atrás las diferencias y luchar arduamente contra el crimen y las injusticias; solo así alcanzaremos la paz y seremos dignos de pertenecer a ese otro País deseado y posible.

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