(foto cortesia del libro: El Caguas de todos los tiempos
de Adolfo Vilar Jiménez y publicado en el Nuevo Periódico de Caguas)
Este articulo fue publicado en el periódico regional El Nuevo Periódico de Caguas (25 de abril de 2013
La plaza de Caguas es una de las más grandes y hermosas de
todas las plazas de Puerto Rico. Actualmente es disfrutada por cientos de
familias que casi todos los días disfrutan allí de llevar sus niños al
carrusel, ver películas o pasear en bicicleta y patineta, mientras los adultos
se toman un aromático café o gustan de las ricas frituras, las almendritas, los
frapés y los helados.
Para el año
1910, la ciudad de Caguas contaba con unos 27,000 habitantes. Las calles eran todavía
de tierra, pero desde entonces era una población progresista que en el 1894 había
obtenido el título de ciudad, otorgado por la Reina de España. Era entonces
alcalde, José Domingo Solá (1909 - 1910).
La fotografía que acompaña esta información apareció en el
libro: “El Caguas de todos los tiempos”, publicado por Don Adolfo Vilar Jiménez
en el 1950. Ilustra el paso de una carreta por una de las calles que borde a la
plaza. Va llena de caña y es tirada por bueyes, al paso que marca un humilde
campesino.
Vilar Jiménez indica en el libro que los flamboyanes que había
en la plaza en esa época fueron sembrados en el año 1870 por Don Eduardo Taforó,
quien ejerció como alcalde de la ciudad en los años 1866 – 1867. La plaza lleva el nombre de Don Santiago R. Palmer Irizarry
(1844 - 1908), escritor, periodista y político, defensor del ideal autonómico y
una de las figuras principales de la masonería en Puerto Rico.
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